El motor que mueve una empresa, son sin duda alguna, sus trabajadores. Por eso mismo, éstos, no sólo deben estar valorados, sino que deben sentirse valorados.
La mayoría de las empresas dedican grandes esfuerzos en conseguir que la experiencia de sus clientes resulte satisfactoria, marcando una diferencia sustancial que consiga fidelizarlos y generar un compromiso con la marca. En este punto, los empleados deberían entrar dentro de estos mismos parámetros, y ser considerados como “clientes internos” de las empresas. ¿Por qué no crear una experiencia diferencial también para los empleados?
La comunicación, la confianza, la sensación de “puertas abiertas”, son píldoras claves para que la experiencia de los empleados sea satisfactoria. Es fundamental hacer que sean partícipes de las decisiones y los logros de la compañía, sintiéndose parte importante de la organización, de igual manera que sus necesidades deben ser escuchadas.
La comunicación vertical, debe ser clara, con objetivos y plazos bien establecidos y consensuados con los trabajadores y siempre realistas. En este aspecto, no debemos olvidar tampoco las entrevistas periódicas con el equipo, que no miden únicamente el desempeño de cada trabajador, sino que permiten conocer más a fondo a los empleados y sus circunstancias personales, lo cual nos permitirá conocer de una manera más compleja la productividad individual.
Desde el punto de vista del empleado, si su empresa cumple con sus expectativas, éste, estará no solo satisfecho, si no, orgulloso de su lugar de trabajo, repercutiendo en su nivel de implicación, resultados y compromiso.
Desde Frutality te ayudamos a conectar con tus empleados, haciendo que se sientan importantes y cuidados.