Existen multitud de tipos de empleado y cada uno tiene sus particularidades. En nuestro paso estos años por tantas empresas hemos detectado que casi siempre hay ciertos perfiles que conllevan una determinada personalidad y rasgos de carácter comunes, de manera independiente al sector en el que desempeñen su profesión.
La relación con los compañeros de trabajo es una de las grandes fuentes de motivación para acudir al lugar de empleo y realizar una buena labor profesional. No solo eso, sino que distintos estudios han demostrado que la relación entre trabajadores, en el caso de ser positiva, actúa como amortiguador para reducir el estrés.
La relación entre compañeros afecta a la salud laboral y al rendimiento, ya sea para bien o para mal. En las empresas por las que pasamos nos daremos cuenta de que siempre hay gente buena que nos ayudará pero, en ocasiones, nos podemos encontrar con gente gente que intoxica el buen ambiente afectando a todo el equipo.
Hemos hecho un resumen con algunos de los perfiles más repetidos en el mundo profesional. Veamos las particularidades de cada uno de ellos:
Empleado tóxico
Los trabajadores tóxicos, también llamados conflictivos, son aquellos que hacen que los conflictos se expandan, tienen continuos roces con los demás compañeros, son criticones, e incluso pueden creerse los jefes pese a no tener ningún poder.
Las motivaciones de este tipo de empleado pueden ser diversas y en ocasiones, hasta pueden llevar razón en alguna de sus pretensiones. Sin embargo, la gestión de las emociones y el saber relativizar los problemas no está entre sus cualidades.
Derrotistas
En el trabajo, igual que en la vida, podremos cruzarnos con personas que tengan distintas maneras de ver la vida y distintas actitudes frente a ésta. Generalmente, este tipo de personas son iguales en el trabajo y fuera de él. En ocasiones podemos encontrarnos con personas derrotistas, que tienen una baja percepción de autoeficacia en lo que hacen.
La autoconfianza baja repercute en la calidad y cantidad del trabajo que desarrolla y en las diferentes relaciones que tiene con los distintos actores que participan en su mundo laboral: jefes, compañeros y clientes.
El derrotista no verá posible cumplir plazos, ejecutar lo que se le ha encomendado, conseguir el cliente o cerrar la venta. Necesitan un aporte extra de energía por tu parte, que a veces simplemente, no nos interesa cubrir.
Perfeccionista
Otro tipo de empleado que podemos encontrar y cuyo comportamiento puede tener repercusiones en la efectividad y eficiencia de su trabajo, es el trabajador perfeccionista. Hacer las cosas bien es bueno, porque las empresas desean tener trabajadores eficientes y productivos.
Pero el trabajador perfeccionista es aquel que se lleva el trabajo a casa y nunca está contento con lo que hace, afectando a su salud laboral y llegando a provocar estrés y ansiedad. Aunque muchos piensen que ser perfeccionista es bueno, este tipo de empleado puede llegar a frustrarse rápidamente porque siempre ve imperfecciones incluso cuando las cosas marchan bien.
Despistado
¿Tienes compañeros que son poco metódicos y pueden llegar a ser despistados y olvidadizos? Estos trabajadores pueden causar problemas o añadir más trabajo a otros empleados por su incompetencia. Generalmente, puede ser causa de organización, de motivación o incluso del síndrome de aburrimiento en el trabajo, lo que se conoce como burnout.
En general, este tipo de empleado puede ser buen compañero y empatizar con el resto, pero sus torpezas pueden acabar dañando el buen ambiente laboral. Si la cosa se pone muy seria quizá sea recomendable hablar con él desde el respeto para hacerle ver sus fallos dentro de la estructura general de trabajo.
Lento
Por otro lado, puede haber tipos de empleados que entorpezcan el trabajo de sus compañeros por ser lentos y no tener las tareas acabadas a tiempo. Esto también puede ser causa de una mala organización, de falta de motivación o que no saben hacer bien su trabajo. Puede ser un error en la selección de personal o que tenga algún problema personal o de salud. En estos casos, aplicar la lógica y medir bien los tiempos que excede. Así podrá entender mejor lo que hace mal y ponerle solución.
Cotilla
El compañero tóxico suele tener una mala intención y desestabilizar el ambiente laboral. Y, sin una mala intención de fondo, en ocasiones, podemos encontrarnos con el trabajador cotilla. Éste es un tipo de empleado que siempre se mete donde no le llaman y está más pendiente de averiguar qué ocurre en la vida personal de sus compañeros que de realizar su trabajo correctamente.
Si el cotilla es además malo, tendremos un compañero tóxico- cotilla con el que tendremos que tener bastante cuidado 😉
El empleado ideal
Se trata de un tipo de empleado que está motivado y sienten lealtad y empatía con los valores de la empresa. Está comprometido con su trabajo y con su equipo. Hace bien sus tareas, entrega en tiempo y ayuda al resto si le necesitan. Tiene buen carácter y sabe reconocer los conflictos. Es proactivo y se adelanta a los problemas, saber coordinar al resto. Encima baila bien, es atractivo/a y buena gente. No se le puede pedir más.
Nosotros estamos convencidos de que cualquier tipo de empleado estará un poco más contento si todos los días tiene fruta fresca en la oficina. Además, el momento de tomar la fruta puede ser un marco perfecto para limar asperezas, compartir cosas personales o mejorar el clima laboral. Garantizado.